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miércoles, 31 de marzo de 2010

Oración - Santa Semana

1.Felices somos en la pobreza,

si en nuestras manos hay amor de Dios,

si nos abrimos a la esperanza,

si trabajamos en hacer el bien.

Felices somos en la humildad,

si, como niños, sabemos vivir.

Será nuestra heredad

la tierra, la tierra.



SI EL GRANO DE TRIGO

NO MUERE EN LA TIERRA

ES IMPOSIBLE QUE NAZCA FRUTO.

AQUEL QUE DA LA VIDA PARA LOS DEMAS

TENDRA SIEMPRE AL SEÑOR.



2. Felices somos si compartimos,

si nuestro tiempo es para los demás:

para quien vive en la tristeza

y para quien camina en soledad.

Felices somos si damos amor,

si en nuestras manos hay sinceridad,

podremos siempre mirar

y ver a Dios, y ver a Dios.



3. Felices somos si ofrecemos paz

y nuestra voz denuncia la opresión,

si desterramos odio y rencores,

será limpio nuestro corazón.

Felices somos en la adversidad,

si nos persiguen cuando no hay razón,

la vida entonces tendrá

sentido en Dios, sentido en Dios.

jueves, 25 de marzo de 2010

El Si de María

Hoy celebramos la Encarnación de Jesús. Ese Sí que cambió toda la historia. ¿Y tú qué dices?
Aquí una reflexión de la pagina web Catolic net. Espero nos siga ayudando.

Cuando pensamos en el “Sí” de María a la propuesta de Dios, lo podemos imaginar en un ambiente casi de novela “romántica”, y olvidar que con ese “Sí”, toda su vida quedó comprometida. La respuesta que ella dio no era algo espontáneo o “lógico”. María dirá que sí, más por confianza y fe, que por conocimiento. Ella apenas podía entender lo que le había sido explicado... y sin embargo, dice que “Sí”. Además, la fe de María será puesta a prueba cada día. Ella quedará encinta. No sabe bien cómo, pero lo cierto es que su corazón está inundado por una luz especial. Aunque su querido José dude, ella vive inmersa en el misterio sin pedir pruebas, vive unida al misterio más radical que existe: Dios. Él sabrá encontrar las soluciones a todos los problemas, pero hacía falta fe, hacía falta abandono total a su voluntad.

María se dejó guiar por la fe. Ésta la llevó a creer a pesar que parecía imposible lo anunciado. El Misterio se encarnó en ella de la manera más radical que se podía imaginar.

Sin certezas humanas, ella supo acoger confiadamente la palabra de Dios. María también supo esperar, ¿cómo vivió María aquellos meses, y las últimas semanas en la espera de su Hijo? Sólo por medio de la oración y de la unión con Dios podemos hacernos una pálida idea de lo que ella vivió en su interior. También María vivió con intensidad ese acontecimiento que transformó toda su existencia de manera radical. Ella dijo “Sí” y engendró físicamente al Hijo de Dios, al que ya había concebido desde la fe. Estas son experiencias que contrastan con nuestro mundo materialista. Por ello, como cristianos y cristianas, ¿cómo no centrar más nuestra vida al contemplar este Misterio? ¿Cómo no dar el anuncio de la alegría de la Encarnación a todos los que no han experimentado ese Dios-Amor?

No olvidemos que un día ese Dios creció en el seno de María, y también puede crecer hoy en nuestros corazones, si por la fe creemos, y si en la espera sabemos dar sentido a toda nuestra vida mirando con valor al futuro.

jueves, 18 de marzo de 2010

Salmo en busca del sentido de la vida

“Yo, Yavé, te he llamado para cumplir mi justicia, te he formado y te tomado de la mano, te he destinado para que unas a mi pueblo y seas luz para todas las naciones” (Is 42,6)


 
Como si empezara a salir de un sueño, así me siento, Señor Jesús.
Comienzo a saborear el alba de un nuevo amanecer, y es algo así como la paz después de la tormenta.
Un arcoiris se abre sobre mi vida en búsqueda y ahora sé que después de la tempestad viene la calma.
Señor Jesús, Señor del sosiego y de la serenidad, acompáñame en este nuevo camino que estreno.
Yo quiero Señor, poner mis ojos dentro.
Quiero abrir los ojos del corazón y con 'nuevos ojos de ver' mirar la luz y buscar el bien y la belleza, la verdad y el amor en mi corazón escondido y silencioso.
Quiero, Señor, construir mi vida desde la Vida.
Quiero levantar mi vuelo desde una libertad responsable.
Quiero hacer verdad en mi camino desde la Verdad.
Quiero, Señor, vivir el amor y el servicio desde el Amor.
Te necesito, Tú que eres la respuesta a mi búsqueda.
Señor Jesús, yo quiero un sentido para mi vida,
Quiero crecer en búsqueda de razones para mi existencia; encontrar el ideal, la norma, el modelo de ser persona.
Quiero, Señor Jesús, orientar mi vida, darle rumbo; saber la razón de mi origen, de dónde vengo.
Quiero que el río de mi vida tenga en ti su manantial.
Quiero saber la razón de lo que haga en la vida;saber si mi vida vale la pena vivirla.
Quiero que el sentido de mi vida seas tú.
Quiero saber hacia dónde camino, saber cual es el destino y la meta de mi vida.
Quiero que tú, Cristo el Señor, seas el final de mi camino.
Señor Jesús, no quiero una vida que se apoye desde fuera.
No quiero muletas que no me dejen ir lejos.
No quiero soportes que no aguanten mi libertad.
No quiero parches para mi camino, ni caretas para mis problemas.
No quiero manos que me empujen, ni que den cuerda a mi fracaso.
No quiero quedarme en la cáscara de las cosas mientras mi corazón se muere de hambre.
No quiero optar por la muerte, por la destrucción, por las cosas que se  acaban, por el humo de pajas.
No quiero vivir desde la superficie, desde la piel.
No quiero ser vida vacía, vida gastada.
Señor Jesús: ¡quiero vivir con fuerza y desde dentro!.