PINTANDO LA VIDA

¿ Qué  Colores usamos para acercarnos a las personas? ¿qué color forma parte de nuestra vida? ¿qué color nos gustaría ser? ¿qué pinta Dios en nuestra vida?

Como sabemos el color es una parte del espectro lumínico, y, al fín, es energía vibratoria. Y esta energía afecta de diferente forma al ser humano, dependiendo de su color en concreto,  produciendo diferentes sensaciones de las que normalmente no somos conscientes.

Por ejemplo:

Blanco: representa fe, disposición, apertura al aprendizaje y positivismo.

Amarillo: representa alegría, felicidad, inteligencia y  energía.

Anaranjado:representa entusiasmo, creatividad, ánimo y estímulo.

Rojo: simboliza valor, amor, amistad y coraje

Azul: lealtad, confianza, sabiduría e inteligencia

Verde: representa armonía, crecimiento y frescura

Negro: representa poder, elegancia, formalidad y misterio

¿Qué te gustaría pintar en tu vida? Escribenos, quizá nosotr@s podemos acompañar tu búsqueda.
Te esperamos: vocacioneschimbote@gmail.com

¿QUÉ NOS HACE SER DIFERENTES?

Nuestra espiritualidad. Pero ¿qué es la Espiritualidad? La espiritualidad consiste en aprender a ver lo que no vemos; construir otra forma de sentir y encender  la luz de vivir. La espiritualidad tiene que ver con el sentido y el estilo de vida que tengo, con mi manera de situarme frente al mundo, con el sentido que doy a mi trabajo, a mi familia, a mis estudios. La espiritualidad pretende ayudarme a responder las preguntas existenciales: ¿Quién soy? ¿Para qué fui creado? ¿Cómo ser feliz?

Una espiritualidad cristiana tiene que ver con un estilo de vida y un modo de construir relaciones con las criaturas y el Creador, inspiradas en la persona de Jesús de Nazaret. Los rasgos básicos de una espiritualidad cristiana son: reconocer a Dios como un Padre Amoroso y Misericordioso; reconocer al otro como hermano y en él encontrar la presencia de Jesús, por el misterio de la encarnación; experimentarme como parte de una humanidad, entender mi existencia desde la comunidad y en la solidaridad con los pobres, como una manera de explicitar nuestra fe en Jesús.  (Tomado de la Red Ignaciana).