HOLA!!!!!
Mi nombre es ILDAURA
LINO VENTURA, pertenezco a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de Bamberga.
El ser parte de ella me hace sentir en casa, en mi tierra, y es porque soy de una localidad de campo, porque nací, crecí en el Distrito de Pozuzo, provincia de Oxapampa y Departamento de Pasco.
Dios me llamó en el silencio y belleza de su creación.
Crecer en una familia llena de amor, donde existe armonía y sobre todo un amor al prójimo, ver durante mis estudios de primaria y secundaria que la profesora no hacia diferencias, el poder ayudar a mis compañeros(as), que tenían dificultad me llenaba de felicidad, ahora puedo decir con certeza que esto me dio una visión de futuro optimista, creyendo que si se puede cambiar muchas cosas que al ser humano no le hacen bien,
Una vez que termine la secundaria , viaje a la ciudad de Lima, pensando continuar con mis estudios superiores. Aquí la experiencia de ver otra realidad social me permitió ampliar mi visión. En esta etapa de la vida decidí firmemente darle un sentido a mi existencia, y presté oídos a ese Dios que desde niña me estaba mostrando lo que quería de mí, pero yo no alcanzaba a entender. Después de tener un tiempo de experiencia dentro de esta familia, descubrí que hay un ideal más alto que todos los que hasta ese momento pasaban por mi mente, es el de seguir a Cristo y la mejor forma de hacerlo era en esta congregación. En el momento de conocer a las hermanas sentí que ese era mi lugar. La acogida, la sencillez, la alegría con que viven sirviendo a tantos niños(as), jóvenes y ancianos, que en nuestro país están sufriendo, me dieron la respuesta: ¡la vida hay que gastarla en algo grande!, así es que empecé mi aventura en este estilo de vida, lo cual no me arrepiento, al contrario trato de ser feliz cada día y a cada momento de mi vida. Si en algo podemos cooperar con el sueño de Dios ¡no nos debemos detener¡ Dios sigue confiando en nosotros y nosotras y pone en nuestras manos a su pueblo que sufre.
Crecer en una familia llena de amor, donde existe armonía y sobre todo un amor al prójimo, ver durante mis estudios de primaria y secundaria que la profesora no hacia diferencias, el poder ayudar a mis compañeros(as), que tenían dificultad me llenaba de felicidad, ahora puedo decir con certeza que esto me dio una visión de futuro optimista, creyendo que si se puede cambiar muchas cosas que al ser humano no le hacen bien,
Una vez que termine la secundaria , viaje a la ciudad de Lima, pensando continuar con mis estudios superiores. Aquí la experiencia de ver otra realidad social me permitió ampliar mi visión. En esta etapa de la vida decidí firmemente darle un sentido a mi existencia, y presté oídos a ese Dios que desde niña me estaba mostrando lo que quería de mí, pero yo no alcanzaba a entender. Después de tener un tiempo de experiencia dentro de esta familia, descubrí que hay un ideal más alto que todos los que hasta ese momento pasaban por mi mente, es el de seguir a Cristo y la mejor forma de hacerlo era en esta congregación. En el momento de conocer a las hermanas sentí que ese era mi lugar. La acogida, la sencillez, la alegría con que viven sirviendo a tantos niños(as), jóvenes y ancianos, que en nuestro país están sufriendo, me dieron la respuesta: ¡la vida hay que gastarla en algo grande!, así es que empecé mi aventura en este estilo de vida, lo cual no me arrepiento, al contrario trato de ser feliz cada día y a cada momento de mi vida. Si en algo podemos cooperar con el sueño de Dios ¡no nos debemos detener¡ Dios sigue confiando en nosotros y nosotras y pone en nuestras manos a su pueblo que sufre.
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